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jueves, 11 de diciembre de 2014

TE BUSCO



Te busco.
Y para eso ruedo en otras bocas…
Te busco.
Entregándome al vacío de otro brazos.
Mis ojos te buscan y perdieron la luz ante tu ausencia
Mi cuerpo te busca intentando sucumbir en otra hoguera,
Pero todo él te necesita…
Hambre de tu sexo llevándome a la cima del placer
Hambre de tu boca, colmando de caricias mi deseo
Te busco…
Y el dolor se me hace carne, porque mi búsqueda es vana..,
Estás lejos…
Y es la lejanía que lástima, la lejanía de tenerte cerca
Y al mismo tiempo tan distante…
Y me entrego al desenfreno de otros amores mentirosos,
Tratando de suplir tu ausencia…
Y te busco extendiendo mi mano en nuestra cama
Y te toco pero no sos vos: sólo es tu cuerpo…



CANCION DEL AMOR LEJANO



Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.

Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.

Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.

Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.

Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.

Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

José Angel Buesa




NO VERTE

Un día y otro día y otro día.
No verte.
Poderte ver, saber que andas tan cerca,
que es probable el milagro de la suerte.
No verte.
Y el corazón y el cálculo y la brújula,
fracasando los tres. No hay quien te acierte.
No verte.
Miércoles, jueves, viernes, no encontrarte,
no respirar, no ser, no merecerte.
No verte.
Desesperadamente amar, amarte
y volver a nacer para quererte.
No verte.
Sí, nacer cada día. Todo es nuevo.
Nueva eres tú, mi vida, tú, mi muerte.
No verte.
Andar a tientas (y era mediodía)
con temor infinito de romperte.
No verte.
Oír tu voz, oler tu aroma, sueños,
ay, espejismos que el desierto invierte.
No verte.
Pensar que tú me huyes, me deseas,
querrías encontrarte en mí, perderte.
No verte.
Dos barcos en la mar, ciegas las velas.
¿Se besarán mañana sus estelas?
                                                             Gerardo Diego ( España 1896 - 1987 )