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lunes, 19 de diciembre de 2011

EL POSTIZO

Perfil sin foto, cosa que detestaba.
Truco Nº 3: “No tengo foto aquí, pero si en mi MSN, allí me podés ver por la Cam”. Con eso se aseguraba que la curiosidad te venciese y, matando dos pájaros de un tiro, te sacara tu MSN y de paso preguntaba,  casi sin querer, si a  vos también podía verte mientras chateaban.
Y en esos día en que lo más interesante que había que hacer era ver como crecía el pasto en el jardín, lo agregué y a ver que onda.
Educado…Punto a favor. Si pasaba la primera hora sin preguntar que me gusta en el sexo, otro punto sumado…Y la pasó.
Vida interesante, conversación fluida, daba para volver a hablar.
Una o dos conversaciones más tarde, se vino lo consabido: cuando nos podemos ver???. Y yo, retirada de estas lides de coqueteo por propia voluntad, dije que no iba mucho al centro.
Gambeteando el tema como el mejor jugador del seleccionado de fútbol, la fui llevando. Hablaba con alguien que ni sabía como era. Cero intercambio de fotos.
Un día en que la curiosidad mató al gato y a mí también, y aprovechando que vería a una amiga a 5 cuadras de su trabajo, convinimos en vernos una hora para charlar café mediante (cuando no, el tan mentado café!).
Obviamente a mí se me complicaba, porque ni idea de con quién me vería. Llego a la esquina convenida. Mirada escrutadora en cada hombre que pasaba por los alrededores. “Sería ese que estaba allí?? Mmm mejor de lo que pensaba eh?”, pero no, no era ese!!
 Lo llamo al celu, así  lo identifico cuando atienda. Y lo veo venir…Ay!!! Bue, ya estábamos en el baile. Hola, que tal?, Bien, vos?....Yo con mi mejor sonrisa, ni hablar!!
“Vamos a este café de aquí que es más barato”, me dijo sin la menor demostración de delicadeza…aunque a la luz de lo que pasó después ese era un  detallito apenas.
Pido un café, chico, no sea que le descalabre el presupuesto. Él pide una cerveza a la que el mozo acompaña con un plato de maníes. “Comé vos”, me dice, “porque yo no puedo”. Yo imaginando algún problema de índole hepática, dije para mis adentros que tampoco debería darle a la cerveza en ese caso. “Yo no puedo porque me puse los postizos” me larga de sopetón y, por suerte, yo no estaba tomando el café en ese instante, porque me hubiera atragantado, lo que es peor, hubiera dejado salir el café de mi boca, perdiendo mi compostura y mi gracia.
Todo el nivel que tenía en el chat, se había esfumado como por arte de magia. Ahorraré detalles sobre sus “buenos modales”, pero a mí se me estaban haciendo los 15 minutos más largos de mi vida. Por suerte, el cafecito económico cerraba a las 6 de la tarde y casi, casi, nos terminan barriendo hacia la calle. Excusa perfecta: que pena que no nos podemos quedar un poquito más!!. Y como yo fui de pasadita…Me voy que me deja el micro…
Está de más decir que nunca se repitió el encuentro? Y desde ese día me vino la úlcera que me impide aceptar más “cafeces”, por mi salud física, pero sobre todo por mi salud mental

miércoles, 14 de diciembre de 2011

TE ODIO Y TE QUIERO

Me muerdo los labios para no llamarte,
me queman tus besos, me sigue tu voz;
pensando que hay otro que pueda besarte,
se llena mi pecho de rabia y rencor.

Prendida en la fiebre brutal de mi sangre,
te llevo muy dentro, muy dentro de mí;
te niego, te busco, te odio y te quiero,
y tengo en el pecho un infierno por ti.

Te odio y te quiero, porque a ti te debo
mis horas amargas mis horas de miel;
te odio y te quiero, vos fuiste el milagro,
la espina que duele y el beso de amor;
por eso te odio, por eso te quiero,
con todas las fuerzas de mi corazón.

No quiero nombrarte y busco en las copas
el vino de olvido que nunca se da;
pensando en arrancarte busqué en otras bocas
el beso que borre tu beso inmortal.

Y todo es inútil, ni copas ni besos
pueden separte de mí; te llevo en mi sangre,
te odio y te quiero, y tengo en el pecho
un infierno por ti.

martes, 6 de diciembre de 2011

NEOQEAV

NEOQEAV (de onde surgiu)
Meus avós já estavam casados há mais de cinqüenta anos e continuavam jogando um jogo que haviam iniciado quando começaram a namorar.
A regra do jogo era que um tinha que escrever a palavra "NEOQEAV" num lugar inesperado para o outro encontrar e assim quem a encontrasse deveria escrevê-la em outro lugar e assim sucessivamente.
Eles se revezavam deixando "NEOQEAV" escrita por toda a casa, e assim que um a encontrava era sua vez de escondê-la em outro local para o outro achar.
Eles escreviam "NEOQEAV" com os dedos no açúcar dentro do açucareiro ou no pote de farinha para que o próximo que fosse cozinhar a achasse. Escreviam na janela embaçada pelo sereno que dava para o pátio onde minha avó nos dava pudim que ela fazia com tanto carinho.
"NEOQEAV" era escrita no vapor deixado no espelho depois de um banho quente, onde a palavra iria reaparecer depois do próximo banho.
Uma vez, minha avó até desenrolou um rolo inteiro de papel higiênico para deixar "NEOQEAV" na última folha e enrolou tudo de novo.
Não havia limites para onde "NEOQEAV" pudesse surgir.
Pedacinhos de papel com "NEOQEAV" rabiscado apareciam grudados no volante do carro que eles dividiam.
Os bilhetes eram enfiados dentro dos sapatos e deixados debaixo dos travesseiros.
"NEOQEAV" era escrita com os dedos na poeira sobre as prateleiras e nas cinzas da lareira. Esta misteriosa palavra tanto fazia parte da casa de meus avós quanto da mobília. Levou bastante tempo para eu passar a entender e gostar completamente deste jogo que eles jogavam. Meu ceticismo nunca me deixou acreditar em um único e verdadeiro amor, que possa ser realmente puro e duradouro.
Porém, eu nunca duvidei do amor entre meus avós.
Este amor era profundo. Era mais do que um jogo de diversão, era um modo de vida.

Seu relacionamento era baseado em devoção e uma afeição apaixonada, igual as quais nem todo mundo tem a sorte de experimentar. O vovô e a vovó ficavam de mãos dadas sempre que podiam.
Roubavam beijos um do outro sempre que se batiam um contra outro naquela cozinha tão pequena. Eles conseguiam terminar a frase incompleta do outro e todo dia resolviam juntos as palavras cruzadas do jornal. Minha avó cochichava para mim dizendo o quanto meu avô era bonito, como ele havia se tornado um velho bonito e charmoso.
Ela se gabava de dizer que sabia como pegar os namorados mais bonitos.
Antes de cada refeição eles se reverenciavam e davam graças a Deus e bênçãos aos presentes por sermos uma família maravilhosa, para continuarmos sempre unidos e com boa sorte.
Mas uma nuvem escura surgiu na vida de meus avós: minha avó tinha câncer de mama. A doença tinha primeiro aparecido dez anos antes.
Como sempre, vovô estava com ela a cada momento.
Ele a confortava no quarto amarelo deles, que ele havia pintado dessa cor para que ela ficasse sempre rodeada da luz do sol, mesmo quando ela não tivesse forças para sair.
O câncer agora estava de novo atacando seu corpo.
Com a ajuda de uma bengala e a mão firme do meu avô, eles iam à igreja toda manhã. E minha avó foi ficando cada vez mais fraca, até que, finalmente, ela não mais podia sair de casa. Por algum tempo, meu avô resolveu ir à igreja sozinho,  rezando a Deus para zelar por sua esposa. Então, o que todos nós temíamos aconteceu.
Vovó partiu.
"NEOQEAV" foi gravada em amarelo nas fitas cor-de-rosa dos buquês de flores do funeral da vovó.
Quando os amigos começaram a ir embora, minhas tias, tios, primos e outras pessoas da família se juntaram e ficaram ao redor da vovó pela última vez.
Vovô ficou bem junto do caixão da vovó e, num suspiro bem profundo, começou a cantar para ela.

Através de suas lágrimas e pesar, a música surgiu como uma canção de ninar que vinha bem de dentro de seu ser. Me sentindo muito triste, nunca vou me esquecer daquele momento. Porque eu sabia que mesmo sem ainda poder entender completamente a profundeza daquele amor, eu tinha tido o privilégio de testemunhar a beleza sem igual que aquilo representava.
Aposto que a esta altura você deve estar se perguntando:
"Mas o que NEOQEAV significa?"
Nunca Esqueça O Quanto Eu Amo Você

NEOQEAV


Mis abuelos ya estaban casados hace más de cincuenta años y continuaban jugando un juego que habían iniciado cuando comenzaron a estar de novios.
La regla del juego era que uno tenía que escribir la palabra "NEOQEAV" en un lugar inesperado para que el otro la encontrara, y así, quien la encontrara debía escribirla en otro lugar y así sucesivamente.
Ellos se entretenían dejando "NEOQEAV" escrita por toda la casa, y así uno la encontraba y le tocaba esconderla en otro lugar para que el otro la encontrara.
Ellos escribían "NEOQEAV" con los dedos con azúcar dentro del azucarero o en el pote de harina para que el próximo que fuese a cocinar lo encontrase.
Escribían en la ventana empañada por el sereno que daba para el jardín donde mi abuela nos daba budín que ella hacía con tanto cariño.
"NEOQEAV" era escrita en el vapor dejado en el espejo después de un baño caliente, donde la palabra reaparecería después del próximo baño.
Una vez, mi abuela hasta desenrolló un rollo entero de papel higiénico para dejar "NEOQEAV" en la última hoja y enrolló todo el papel de nuevo.
No había límites para donde "NEOQEAV" pudiese aparecer.
Pedacitos de papel con "NEOQEAV" rasgados aparecían escritos en el volante del auto que ellos tenían.
Los billetes eran escondidos dentro de los zapatos y dejados debajo de las camas.
"NEOQEAV" era escrita con los dedos en la panera sobre los muebles de platos y las canastas de lana.
Esta misteriosa palabra hacía parte de la casa de mis abuelos, hasta cuanto la movías.
Llevo bastante tiempo para que yo entendiera y me terminara de gustar completamente este juego que ellos jugaban.
Mi escepticismo nunca me dejó no creer en un único y verdadero amor, que pueda ser realmente puro y duradero.
Por eso, nunca dudé del amor entre mis abuelos.
Este amor era profundo.
Era más que un juego de diversión, era un modo de vida.
Su relación estaba basada en la devoción y el afecto apasionado, que todo el mundo tiene la suerte de experimentar.
El abuelo y la abuela se tomaban de las manos siempre que podían.
Robaban besos uno del otro siempre que se ponían uno en contra del otro en aquella cocina tan pequeña.
Ellos conseguían terminar la frase incompleta del otro y todo el día resolvían juntos las palabras cruzadas del diario.
Mi abuela me cocinaba diciendo lo lindo que era mi abuelo, como él se había vuelto un viejo lindo y amoroso.
Ella se jactaba de decir que sabía como juntar los enamorados más bonitos.
Antes de cada comida ellos daban gracias a Dios y bendecían los presentes por ser una familia maravillosa, para que nosotros continuáramos siempre unidos y con buena suerte.
Mas una nube oscura surgió en la vida de mis abuelos: mi abuela tenía cáncer de mama.
La enfermedad había aparecido hace diez años antes.
Como siempre, abuelo estaba con ella a cada momento.
El la confortaba en el cuarto amarillo de ello, que le había pintado de ese color para que ella estuviese siempre rodeada de la luz del sol, aunque ella no tuviese fuerzas para salir.
El cáncer ahora estaba de nuevo atacando su cuerpo.
Con la ayuda de un bastón y la mano firme de mi abuelo, ellos iban a la iglesia todas las mañanas.
Y mi abuela se fue poniendo cada vez más delgada, hasta que, finalmente, ella no pudo salir más de casa.
Por algún tiempo, mi abuelo decidió ir a la iglesia solo, orando a Dios para sanar su esposa.
Entonces, lo que todos nos temíamos sucedió.
Abuela partió.
"NEOQEAV" fue grabada en amarillo en unas cintas de color rosa en los buques de flores del funeral de abuela.
Cuando los amigos comenzaron a irse, mis tías, tíos, primos y otras personas de la familia se juntaron y se pusieron alrededor de la abuela por última vez.
Abuelo se puso muy junto al cajón de abuela y, en un suspiro bien profundo, comenzó a cantar para ella.
A través de sus lágrimas y dolor, la música surgió como una canción de cuna que venía bien de dentro de su ser.
Me sentí muy triste, nunca me voy a olvidar de aquel momento.
Porque yo sabía que así mismo sin todavía poder entender completamente lo profundo de aquel amor, yo había tenido el privilegio de testificar la belleza sin igual que aquello representaba.
Apuesto que a esta altura te debes estar preguntando:
" Que significa NEOQEAV?".
No es asi?
"NEOQEAV" = Nunca Esqueça O Quanto Eu Amo Você (nunca olvides cuanto te amo)
El amor es más que la fe.
Mayor que la esperanza.
Es el eterno don de Dios.

viernes, 25 de noviembre de 2011

ULTIMA ESTACION

Me desplazo tambaleante entre tinieblas...
Busco desesperadamente un puerto seguro
que se empeña una y mil veces en engañarme y,
lo que creía suelo firme, era una ciénaga fétida que me devoraba
El sol no sale para abrazar mi cuerpo
y el deseo de entregarme va ganando la partida.
Es mi último amante y voy a su encuentro
con la desesperación del final temido y deseado.
Me embriago de recuerdos tristes.
Lloro por los que fueron alegremente inexistentes.
Río, por aquellos tristemente surgidos de mis deseos insatisfechos..
La luz se aleja y se acerca al compás de mis latidos.
Creí sentir su mano tomando la mía,
pero era apenas mi mente febril que lo esperaba...
Dónde estará? Dónde?
Ya no hay tiempo... no importa!
La luz vuelve a mi encuentro: apenas unos pasos y estaremos juntos...
Apenas unos pasos...
Y cierro mis ojos y me arrojo
a esos fríos brazos que me juran
que ya no habrá mañana ni dolores.


viernes, 18 de noviembre de 2011

Y APARECISTE TÚ

El amor cuando se busca nunca llega
y aparece cuando menos te los esperas  
cuando muere la ilusión y el corazón está dormido.
cuando piensas que el futuro ya pasó
y las pocas ilusiones quedan muertas
hoy que todo me da igual otra ilusión golpea mi puerta

Y apareciste tú...
desvelo de mi noche sin amor adonde estabas??
y apareciste tú y ya nada fue los mismo para mí con tu llegada
y apareciste tú cambiando con tu luz y tu mirar todo por nada,
que apareciste tú y en mi ventana ,volvió a salir el sol por las mañanas

Nuevamente me hace bien esto de amar
aunque dure lo que dure que mas da,
lo importante  es que mi piel vuelva a sentir la fantasía.
Puede ser que se me rompa el corazón.
Puede ser  que sea el verdadero amor.
Pude ser que salga bien o salga mal,  así es la vida

Y apareciste tú...
desvelo de mi noche sin amor adonde estabas??
Y apareciste tú y ya nada fue los mismo para mi con tu llegada.
Y apareciste tú cambiando con tu luz y tu mirar todo por nada,
que apareciste tú y en mi ventana ,volvió a salir el sol por las mañanas


AMOR INMORTAL MUERE DE TARDE


De tarde, ao dobrar uma esquina, aquele encontrão. Mercedes Pires nem reparou nele, que foi sua grande paixão. Aniceto de Castro, o Castrão das Rendas Aduaneiras, também em Mercedes não reparou. Esteve na curva de 1922, a pique de meter uma bala no casco pela beleza em flor de Mercedes. E Mercedes, pelo bem-querer de Castro, quase abriu os pulsos com uma faca de cortar mortadela. Do talho aos jornais era pulo de periquito. E até imaginou o berro das manchetes: "Linda moça de Cordovil morre por um amor impossível." Mas entre o tiro que não houve e a faca que não cortou, a folhinha da parede desfolhou quarenta bem passados anos. E de repente, na dobra de uma esquina, aquele esbarrão. Castro nem reparou em Mercedes. Falou para dentro, para o ouvido de seu suspensório:
_Uma ilha desta tonelagem devia andar no meio da rua, com placa de caminhão nas costas. É páreo para ônibus e não para gente de calça e botina.
Mercedes também não reparou em Castro. Falou sozinha:
_Cada tipo esquisito! Parece, de tão gordo, que está esperando criança. Se tivesse espelho em casa, devia reparar que aquela cara de engomador elétrico não pode usar óculos, nem costeleta. É cara para tomada de parede.
E assim um passou pelo outro. Perdidos na distância de quarenta anos.

                                      
AMOR  INMORTAL MUERE DE TARDE
De tarde, al  doblar una esquina, aquel encontronazo. Mercede Pires ni reparo en el, que fué su gran pasión. Aniceto de Castro, el Castrão de Rentas Aduaneras, tampoco reparó en Mercedes. Estuvo a finales de 1922, a punto de meterse una bala en la cabeza por la belleza en flor de Mercedes.  Y  Mercedes, por el amor de Castro, casi se abrió las venas con un cuchillo de cortar mortadela. De los cortes a noticia en los diarios, era un salto de periquito. Y hasta imaginó los gritos de los titulares “Hermosa joven de Cordovil muere por un amor imposible”. Pero entre un tiro que no hubo y un cuchillo que no cortó, las hojas del calendario, se deshojaron por cuarenta bien pasados años. Y de repente, a la vuelta de la esquina, aquél encuentro. Castro ni reparó en Mercedes. Habló para dentro,  a los oídos de sus tiradores:
_Una isla de esta tonelada debería  andar por el medio de la calle, con patente de camión en la espalda. Este sendero es para ómnibus y no para gente de pantalones y botas.
Mercedes tampoco reparó en Castro. Habló solita:
_Cada tipo desagradable!. Parece, de tan gordo, que está embarazado. Si tuviese espejo en su casa, debía reparar que aquella cara de de plancha no puede usar anteojos ni barba. Es cara  para enchufe en la pared.

Y así pasó uno al lado del otro. Perdidos en la distancia de cuarenta años.
                                                                                José Candido de Carvalho


lunes, 14 de noviembre de 2011

NUEVAMENTE


Yo puse alguna vez
en tus manos un poema,
porque es mi modo, mi manera
de esconder algunas cosas
y mostrar otras, que quiero.
Porque escribir, al fin y al cabo,
no es más que utilizar
una máscara, un escudo
en resguardo de un revés,
de un rechazo, de un soslayo.
Pero aquí estoy, nuevamente,
creyendo aún que podré verte
y convertir el tiempo en cercanía
para develar cosas
que siguen esperando un destino.
Entusiasmo de lunas, tuve
y pude darme el gusto
de pensar que siempre mañana
sería el día
como pretexto para andar,
para seguir y no temer al sol.
Yo puse alguna vez
en tus manos un poema,
como una puerta, un umbral
a lo que, supuse, vendría y esperaba.
No obstante, aquí estoy nuevamente
dibujando otra puerta, otro umbral.
Recreando palabras y el deseo.  

                                                                                          Daniel Galaso



EL VALIOSO TIEMPO DE LOS MADUROS

  "..Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos. Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa....... .
Sin muchas golosinas en el paquete...
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas....
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí.... tengo prisa... por vivir con la intensidad, que solo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna, de las golosinas que me quedan...
Estoy seguro que serán más exquisitas, que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás..... "

Mensaje de Mario de Andrade
(Poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño)



domingo, 13 de noviembre de 2011

COMO AVES DE RAPIÑA


No supimos detenernos a tiempo…
Ninguno supo guardar dentro suyo las palabras sin retorno.
Y la herida está ahí, engangrenada, fétida,
Como fiel reflejo de la muerte anunciada…
El dolor es inmenso, pero ambos sabemos de pérdidas
Y la vida seguirá su curso
Aunque nosotros no estemos en ella.
Los días se sucederán uno tras  otro,
El reloj marcará el tiempo de nuestra ausencia.
Nuestros ojos se buscaran en vano
Y las palabras de consuelo que debimos decir
Quedarán sin dueño.
Ninguno de los dos supo decir lo que el otro necesitaba
Y en el afán de no alejarse,
Tejieron redes de palabras hirientes, punzantes,
Sobrevolando nuestros cuerpos como aves de rapiña
Ante los despojos de lo que alguna vez fue,
Y ya no más…


                                                                                                 

miércoles, 26 de octubre de 2011

LA VIDA AL PASAR

Espérate un segundo, espera un poco,
a ver si lo que escucho es lo que oigo,
tal vez esté soñando que estoy loco,
la cosa es que no salgo de mi asombro,
me siento incapaz...

Me dices que no es demasiado tarde,
que todo el mundo puede equivocarse,
que aquella decisión fue un disparate,
que tú también supiste perdonarme,
que tenga piedad...

Si ves que se me escapa una sonrisa,
espero que me encajes la ironía...
ha sido tal la sarta de mentiras
que incluso alguna de ellas se te olvida,
de tantas que van, de tantas que van...

La vida, al pasar,
las vueltas que da
la vida, al pasar...

No cambias, te mantienes en tus trece,
pidiéndome que olvide de repente,
te crees que sigo siendo aquel pelele
que nunca se negaba a obedecerte
por no hacerte mal.

Me temo que si no me dieras pena,
tendría alguna lágrima dispuesta.
Lo siento, pero no es que me contenga,
es simplemente que la indiferencia
no sabe llorar...

Te juro que si no fuera tan triste,
sería imperdonable no reírse,
pensar que no recuerdo si te quise
es prueba de que ya es casi imposible...
cualquier vuelta atrás...


miércoles, 12 de octubre de 2011

LA AMANTE

No, no fue de ninguna manera el rímel corrido por las mañanas, al verla despertar. Tampoco fueron los ruleros ni las chinelas de ella recibiéndolo a las siete de la tarde. Fueron otras cosas menudas que se superpusieron en forma sistemática, unas a otras, a lo largo de ocho años.
Ni su cintura ensanchándose con el paso del tiempo, ni ese color terriblemente bordó de su último vestido.
Sino otras pequeñeces. Por ejemplo, el detalle de no nombrarlo nunca por su nombre, como si lo hubiese olvidado.
Por ejemplo, la manera de alcanzarle el plato servido mirando hacia otro lado. El encogimiento de hombros cuando él le comentaba algo de lo que traía encima, de la calle, de esa vida exterior que se le pegaba al cuerpo y al traje, y que ella evadía, ignoraba, todas las noches.
La respuesta que nada tenía que ver con la pregunta que le había hecho.
El mohín reprobatorio cuando  él le decía que se había encontrado con Fulano, el empecinamiento con que ella volvía aburridos todos los actos que les concernían.
El beso de buenas noches que se había perdido para siempre, y la molestia que le causaba el apuro de sus manos de hombre intentando la caricia antes del sueño.
La monotonía se había enancado en sus días, y el ramo de flores de algún domingo se había vuelto “un gasto inútil, fuera de lugar, cuando en realidad hubiera sido mejor engrosar las reservas para pagar las cuotas”.
Todo había ido a desembocar en un río de silencio, en una larga siesta de anestesia en la que dormitaba el acto de amor junto con el bostezo; y la madeja del pelo de Estela, cuidadosamente dispuesta para la salida de los sábados con el grupo de amigos de siempre, iba perdiendo brillo y sedosidad  durante los días de la semana.
La sedosidad de ese pelo, esa sedosidad que él trataba de atrapara antes de que se perdiera del todo los viernes, pero que ella rehuía o, si no, entregaba con resignación la cabeza como si fueran a decapitarla.
Víctor se sentía a veces  como un verdugo y otras veces, como un prisionero. Eran dos sensaciones antagónicas pero que se complementaban y lo dejaban vacío por dentro y por fuera. Luego sobrevenía una marea de rabia envolviéndolo, apretándolo hasta provocarle un dolor físico y, por fin, una resignación pasiva, fría, razonada con lógica ferocidad.
Podía muy bien romper todo lo que encontrara a mano, gritar, golpear las paredes con los puños, pero eso no lo conduciría a nada o lo conduciría a comprobar con amargura que las paredes permanecerían en su sitio y que la comida estaría  lista puntualmente para las nueve.
Y además, ahí estaba ella. Ella, que no se daba cuenta de nada, que sonreía con su mansa sonrisa y encendía el televisor para embobarse ante la serie semanal  correspondiente al día de la fecha. Ella, que no acusaba recibo de las violentas que a él lo carcomían.
Ella, la misma que se había ruborizado la primera vez que la besó, l misma que había caminado por la calle tomada de su  mano; la misma que había sacudido vivamente sus palabras de amor, de enamorada, de querida, de mujer, en los vehementes preámbulos del deseo y de los encuentros de la carne y la ternura  y la idealización de un conjunto de cosas que la gente llama amor.
Lo peor para Víctor era saber que tenía que tragarse la rabia y el desencanto porque una vez, esa única vez  en que había intentado decirle que ella no lo amaba ni remotamente como él necesitaba ser amado, Estela se había convertido en una mujer escarlata, deshecha en lágrimas, y que había esgrimido su índice para señalarlo como al “hombre que está buscando complicaciones, excusas para engañar, para saciar con otras su sed de aventuras  y sus ansias de cambio”.
En verdad, los pensamientos de Víctor  distaban mucho de ser esos que ella le adjudicaba.
Ni remotamente se le había ocurrido la posibilidad de buscar otra mujer, de someter o someterse a otra mujer.
Lo que quería, sencillamente, era recuperar a la mujer que Estela había sido alguna vez; ganarla para su causa, sacudirla con sus mismos estremecimientos, conseguir que siguiera con interés, hiladamente sin saltos de letra, sus palabras, que convirtiera ese monólogo de hombre en que se habían transformado sus confidencias, en el diálogo de una pareja de seres humanos que tiene la necesidad de la comunicación y la compañía.
Sólo eso. Nada más que eso. Y sin embargo, TODO ESO.
Pero “otra”, no, en otra no había pensado…
No lo había pensado hasta ese momento, hasta el mismo instante en que ella pronunció la frase y le abrió de pronto una posible ventana a la luz, a una ensoñación casi adolescente, alocada y pueril y, no obstante, maravillosa.
Entonces empezó a mirar a las mujeres que pasaban a su lado; empezó a mirarlas con detenimiento, con interés, con toda la intención de abordarlas.
Era un pescador echando redes. Grandes redes hechas con sus cabellos, con sus dientes, con sus ojos, con su cinco sentidos agudizados y alertados por la pasión que lo encendía, piel hacia adentro y hacia afuera.
Una red y una hoguera.
Eso era.
Hasta que por fin, una tarde, una tarde parecida a cualquier otra tarde, murmuró un nombre que podía ser el nombre de muchas mujeres, pero le pertenecía sólo a ella: pelo anaranjado, ojos color aceitunas, ni linda ni fea, ni demasiado joven.
Marta,. Marta Lucero, perito mercantil, empleada del tercer piso, sección contaduría.
Le dijo: “marta, ¿vamos a tomar un café?”.
Y ella respondió: “Bueno, vamos”.
Sencillamente eso.

                                                                           POLDY BIRD


viernes, 7 de octubre de 2011

AUSENCIA

Te extraño...y de tanto extrañarte ya no sé si es cierto.
Te extraño... y de tanto decirlo, he llegado a amar tu ausencia.
Y es ese extraño lazo el que aún te mantiene vivo, mío.
Te extraño, te extraño, te extraño...
Te extraño, te extraño...
Te extraño...
Lo repito hasta el hartazgo para no olvidarte, para que sigas conmigo, omnipresente, único, inmortal, porque temo que si dejo de extrañarte, serás libre eternamente y olvidaré tus ojos, tu aroma, tu voz, el calor de tu placer y el mío como cuando aún me amabas.
Y es ese sentimiento el que aún nos mantiene unidos, perteneciéndonos mutuamente, precisándonos para ser...
Y me empecino, aunque duela como un tizón encendido en mis entrañas, en seguir en esta agonía del recuerdo constante que martiriza mi mente como el sonido del reloj taladrando mis oídos, cada vez más fuerte y más fuerte.

Ese maldito reloj que me recuerda que es otro minuto más sin tu presencia, y yo aquí, extrañándote, necesitándote como el sediento al manantial.
Y me pregunto una y mil veces como no sentís lo mismo. Como no te falta el aire sin mí. Como tu piel vive sin el roce de mi cuerpo. Como tu boca no se marchita sin los besos de la mía, como me pasa a mí, maldita sea!!
Y necesito extrañarte para que no te vayas. Para que tu imagen se recueste a mi lado y pueda sentir tu presencia en mi cama, como antes, como cuando aún éramos uno y afuera, el mundo...
Y a veces temo que llegue el día en que despierte y mi primer pensamiento no sea tuyo, porque ese día habré olvidado, definitivamente, el camino que me conducía a vos, querido mío.
 

lunes, 3 de octubre de 2011

EL BREVE ESPACIO EN QUE NO ESTAS

Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad,
en la cama su silueta se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio en que no está...
Todavía yo no sé si volverá,
nadie sabe, al día siguiente, lo que hará.
Rompe todos mis esquemas, no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio de lo que da.
Suele ser violenta y tierna,
no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera sólo un día para amar.
No comparte una reunión,
mas le gusta la canción que comprometa su pensar.
Todavía no pregunté « ¿te quedarás?».
Temo mucho a la respuesta de un «jamás».
La prefiero compartida antes que vaciar mi vida,
no es perfecta
mas se acerca a lo que yo simplemente soñé...




 

LA PRINCESA BUSCA MARIDO

 Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.
Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.
La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:
- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.
El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.
Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?
Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre?
Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.
                                                                                              (Jorge Bucay)



domingo, 2 de octubre de 2011

BUSCANDONOS

Nadie encuentra lo que no está buscando. No es verdad
que las cosas aparecen de pronto; que, sorpresivamente,
cuando para la lluvia, vemos una hermosísima flor en el
tallo en el que antes no había nada. Allí hubo, por lo
menos, un capullo cerrado, algo que estaba por abrirse,
por transformarse en flor...
Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una
mujer encuentra a un hombre... los dos estaban buscándose.
Por soledad. O por dolor. O por ganas de revivir la vida
insuflándole oxígeno a los pulmones.
O porque sí. ¿Por qué explicarlo todo? ¿Por qué decir
que la causa, el efecto, que la casualidad no existe, que...?
Mejor pensemos que lo importante es que, cuando no hay
alguien a nuestro lado, no hacemos tostadas (¿para mí
solamente? (No...), no gastamos el frasco de perfume,
duran menos las latas de atún y más las milanesas en el
freezer, compramos con más nostalgia que alegría un
ramito de flores para llevar a casa, y estrenamos muy
pocas cosas. Se van yendo las ganas, como se va la luz,
poquito a poco...

Y la noche nos asesta su golpe con el recuerdo,
nos envía sus fantasmas más tristes, sus sombras incansables e inclementes.
 La noche que no termina nunca, que crece, que atormenta, que entrevera nombres,
que ronda, que  agiganta las lágrimas hasta transformarlas en un océano.
Estamos solos porque no hacemos una llamada.
Porque no damos el paso que nos acerca.
Porque no decimos la primera palabra que se transforme en puente.
Nadie encuentra lo que no está buscando.
¿Por qué crees que vos y yo nos encontramos? ¿Desde
dónde venías acercándote? ¿Desde cuándo yo esperaba
que llegaras? ¿Por qué yo? ¿Por qué vos? ¿Por qué nosotros?
¿Por qué crees que no te desviaste, con otro rumbo, que no
fuiste más hacia el sur, o más al norte, o al otro lado del
mar incalculable? ¿Por qué pensás que me detuve para que
pudieras alcanzarme, extender las dos ramas de tus brazos,
abarcarme con toda tu ternura como diciéndome "ahora ya
no te pasará nada malo, nada triste, nada cruel"; podes
dejar de llorar, podes dormir con los ojos cerrados,
mansamente y, al despertar, no estarás sola... Nunca más
estarás sola. "¿Y yo no estaré solo nunca más...?" ¿Por qué?
Porque los dos estábamos buscándonos.
Porque desde aquella lejana, lejanísima primera vez que
nos vimos, quedó un delgado, finísimo, invisible hilo
uniéndonos... un hilo que nada puede cortar, un hilo que
atraviesa paredes, muros, montañas... un hilo
indestructible que no soltaste, que no solté, y que al fin
volvió a reunirnos para que la historia termine su retrato,
tal vez poniendo un poco menos de tonalidad en la paleta,
o distintos colores y brillos, pero retornando a los dos
mismos protagonistas.
Vos y yo. Regresando. Volviendo al paraíso prometido que
salimos a buscar sin saber que lo teníamos tan cerca,
debajo de los pies. Cuando un hombre encuentra a una
mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre... los dos
estaban buscándose. Nadie encuentra lo que no está
buscando. ¿Me entendés, ahora?

                                                                         POLDY BIRD