Fue a destiempo...
La conoció con cicatrices en el cuerpo y
en el alma. Y él, que tenía tanta ternura en sus manos para darle, se encontró
con una muralla que intentaba derrumbar, sin éxito, una y otra vez.
Tal vez de haberse encontrado antes, en
tiempos donde la vida la besaba en los labios, otra hubiera sido la historia y
correría presurosa a refugiarse en sus brazos para olvidarse del mundo..
Pero ese es otro cuento que no pudo ser
escrito, porque fue a destiempo el encuentro...