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jueves, 26 de abril de 2012

LAS DISTANCIAS...


Será por eso, porque los dos llegaron al lugar cargados con su historia, porque
los dos llegaron al beso con el mismo hermetismo, encerrándolo adentro de la
piel.
No se entregaron.
Hubo un intento, apenas un intento.
Un barco que quiso llegar a puerto pero se dejó arrastrar corriente afuera,
hacia cualquier tormenta, o hacia la misma tormenta de siempre.
Ella llevaba en sí largas caminatas por mañanas de sol, desolados cansancios
de tardes amarillas, el oído alerta para la llamada del despertador, la mano
preparada para sacar el boleto del tren del bolsillo interior de la cartera, la
lengua fría por un helado de frutilla saboreado sin prisa.
Él llevaba pegado a sus talones el polvo de las mismas baldosas andadas y
desandadas varias veces al día, un aplazo en un examen de la Facultad, cinco
novias distintas y repetidas hasta el aburrimiento, las ganas de no haber
devuelto, aquella vez, la billetera que encontró en la calle.
Y además llevaban otras cosas.
Ropas que fueron usadas y después regaladas.
Canciones de moda que se les pegaron y canturrearon bajo la ducha, quizás
las mismas canciones a un mismo tiempo, pero en lugares diferentes.
Tal vez algún asomo de alegría vivido a un tiempo, pero separados.
Tal vez alguna tristeza inmensa en una misma noche, pero bajo techos
distintos.
Lo sabían todo el uno del otro.
¿Qué puede haber de misterioso en la vida de una persona?
Y, sin embargo, no sabían nada, porque ignoraban nombres y fechas y lugares
donde habían pasado los veranos.
Hubieran tenido que contarse todo.
Hubieran tenido que hacer una larga lista de cosas, de sorpresas, de lágrimas, de sonrisas, de sobresaltos, agonías, desencantos, temores, de películas y
libros y poemas sabidos de memoria, de casualidades, descubrimientos, de
aceptación y de rechazo. Hubieran tenido que pronunciar cientos de miles de
palabras que fueran descascarando la soledad hasta dejar el cuerpo preparado
para la entrega, para la confianza. Hubieran tenido que atreverse a jugar una
carta, el todo por el todo, quitarse la máscara, esconder la reverencia, decir la
verdad, sea cual fuere, mostrar las lastimaduras, las arrugas, las vetas de oro,
las napas de barro.
Pero no se animaron.
Les faltó valor.
Ellos dijeron que les faltó tiempo. Pero les faltó valor.
Estaban engolosinados en su propia tristeza, estaban prisioneros bajo el
caparazón de la comodidad, no querían tomarse el trabajo de quitarse los siete
velos y ver la desnudez de la felicidad... porque temían que después del
séptimo velo apareciera de nuevo la soledad, la terrible, la zorra, despiadada.
Y entonces caminaron juntos unos pasos. Y entonces se estrecharon fuerte, se besaron, cerrando los ojos porque cada uno quería mirarse a sí mismo, nada
más que a sí mismo y no al otro.
Estuvieron acariciando el límite, lo exterior, la impenetrable puerta, la puerta
con cien cerrojos; y ninguno de los dos quiso buscar las llaves, ninguno de los
dos quiso empezar a abrir, ninguno de los dos quiso saber que había en
realidad detrás de la puerta que los separaba.
Por eso fracasó el encuentro.
Porque cada uno fue a encontrarse consigo mismo.
Porque cada uno fue a alimentar con llanto su propia soledad.
Porque cada uno llevó a su distancia y la puso en el medio.
Y a pesar de los besos, y a pesar de ser un hombre y una mujer llenos de
posibilidades, se dijeron adiós y lloraron, pensando que lloraban por decirse
adiós, pero sabiendo que cada uno lloraba por sus viejos dolores, otros
adioses, por otros intentos y otras historias. Y porque ya nunca podrían borrar
las distancias que los separarían de ellos y de los otros que quisieran, alguna
vez, acercarse a ellos.

                                                                         Poldy Bird

domingo, 22 de abril de 2012

DEPOIS

DESPUES

Después de soñar tantos años,
De hacer tantos planes de un futuro para nosotros.
Después de tantos desengaños,
nosotros nos separamos como tantas parejas.
Quiero que tú seas feliz.
He de ser feliz también.

Después de pasar madrugadas esperando por nada.,
de arrastrarme en vano en el suelo,
tú me diste la espalda.
No me diste las respuestas  que preciso escuchar.
Quiero que tú seas mejor.
He de ser mejor también.

Nosotros dos ya tuvimos momentos.
Pero nuestro tiempo pasó.
No podemos negar que fue bueno.
Nosotros vivimos historias  que quedarán en la memoria,
y nos acompañarán.
Quiero que vivas sin mí
Yo también lo voy a conseguir.

Después de aceptar los hechos,
Voy a cambiar tus retratos por los de otro
Mi bien, vamos a tener libertad
para amar a voluntad,
sin traicionar a nadie más.
Quiero que seas feliz.
He de ser feliz también.
Después…

viernes, 20 de abril de 2012

LAS MUJERES CELTAS

Las mujeres de origen Celta eran criadas tan libremente como los hombres.
A ellas les era dado el derecho de elegir sus compañeros y nunca podrían ser forzadas a una relación que no querían. Eran enseñadas a trabajar para que pudieran garantizar su sustento, eran excelentes amantes, amas de casas y madres.
La primera lección era:
Ama a tu hombre y síguelo, pero solamente si ambos representaran, uno para el otro, lo que la Diosa Madre enseño:
Amor, compañerismo y amistad
Jamás permitas que ningún hombre te esclavice: naciste libre para amar, y no para ser esclava.
Jamás permitas que tu corazón sufra en nombre del amor. Amar es un acto de felicidad, por que sufrir?
Jamás permitas que tus ojos derramen lágrimas por alguien que nunca te hará sonreír!
Jamás permitas que el uso de tu cuerpo sea cercenado. Tu cuerpo es la morada del espíritu. Por que mantenerlo aprisionado?
Jamás te permitas estar horas esperando alguien que nunca vendrá, aunque te lo haya prometido!
Jamás permitas que tu nombre sea pronunciado en vano por un hombre cuyo nombre ni siquiera sabes!
Jamás permitas que tu tiempo sea desperdiciado con alguien que nunca tendrá tiempo para vos!
Jamás permitas oír gritos en tus oídos. El Amor es lo único que puede hablar más alto!
Jamás permitas que pasiones desenfrenadas te lleven de un mundo real para otro que nunca existió!
Jamás permitas que otros sueños se mezclen a los tuyos, volviéndolos una gran pesadilla!
Jamás creas que alguien pueda volver cuando nunca estuvo presente!
Jamás permitas vivir en la dependencia de un hombre como si hubieras nacido inválida!
Jamás te pongas linda y maravillosa a fin de esperar un hombre que no tendrá ojos para admirarte!
Jamás permitas que tus pies caminen en dirección de un hombre que sólo vive huyendo de vos!
Jamás permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, el resentimiento, los celos, el remordimiento y todo aquello que pueda sacar el brillo de tus ojos, la dominen, haciendo enfriar la fuerza que existe dentro tuyo!
Y, sobre todo, jamás permitas perder la dignidad de ser... MUJER



LA FELICIDAD ESCONDIDA

Un día, Dios y los ángeles se reunieron y decidieron crear un hombre y una mujer.
Planearon crearlos a su imagen y semejanza. Entonces, uno de ellos dijo: Esperen!. Si vamos a crearlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a las nuestras.
Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, si no estaríamos creando nuevos dioses. Deberíamos sacarles algo, pero… que podríamos sacarles?
Después de mucho pensar, llegaron a la conclusión qué deberían sacarles la FELICIDAD, pero el problema era dónde esconderla para que no la encontrasen.
Entonces comenzaron a discutir…

_Vamos a esconderla en la montaña más alta de la Tierra!!
_ No, te olvidas que les dimos fuerzas?
Alguien conseguirá llegar hasta la cima de esa montaña y sabrán dónde es que está.

_Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar!!
Tampoco sería un buen lugar, porque les dimos inteligencia y , seguramente, van a inventar alguna máquina para sumergirse y encontrarla…

_Quien sabe podamos esconderla en un planeta bien distante!!
_ Tampoco sería eficaz, pues les dimos curiosidad y ambición, por lo tanto querrán pasar los límites y crearán algo para viajar por el espacio y la encontrarán…

Después de mucho discutir y no llegar a ninguna conclusión, el único ángel que no había hablado pidió la palabra y dijo:

_Creo que sé dónde podemos poner la FELICIDAD , en un lugar en el que ellos nunca la descubrirán!

Todos quedaron espantados y le preguntaron…

_ Entonces, sí dónde??

Y él respondió:
_Pondremos la FELICIDAD dentro de ellos, pues estarán tan preocupados buscándola fuera, que nunca la descubrirán!!


Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscado la felicidad sin saber que la lleva consigo.

 

jueves, 19 de abril de 2012

CANTO DE SIRENAS

 

La herida está ahí…

Imperceptible, silente, agazapada…

A la espera de nuestras dagas.

Y estamos allí intentando cauterizar la llaga,

Pero sólo conseguimos ahondarla.

Y se acrecienta y nos devora.

Sólo es preciso esperar un poco más.

Nuestras palabras mudan de caricias a espadas

En un constante vaivén de sentimientos…

La mano que acaricia es la misma que lastima.

Ojos en llamas de lo que alguna vez fue amor

Y ahora es nada…

O es dolor…

O es rabia…

O es tristeza por la muerte cercana.

Tratamos de espantarla, pero nos abraza.

Es ese amor que  te ahoga, te atrapa,

Te encierra con cadena de dolores!

Y aún así nos hipnotiza…

Queremos huir y las sirenas nos cantan

Y quedamos una vez más a merced de las tinieblas,

Entre redes, atrapados…

Sabiendo que nuestras almas hoy comienzan el duelo…

 




miércoles, 18 de abril de 2012

POEMA 7_INCLINADO EN LAS TARDES

Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.

Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.

Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.

Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo.

Galopa la noche en su yegua sombría
desparramando espigas azules sobre el campo

                                                                               Pablo Neruda

martes, 10 de abril de 2012

SOY LO PROHIBIDO

Soy ese vicio de tu piel 
que ya no puedes desprender. 
Soy lo prohibido. 
Soy esa fiebre de tu ser 
que te domina sin querer. 
Soy lo prohibido. 
Soy esa noche de placer, 
la de la entrega sin papel, 
soy tu castigo. 
Porque en tu falsa intimidad,   
en cada abrazo que le das, sueñas conmigo. 
Soy el pecado que te dio 
nueva ilusión en el amor. 
Soy lo prohibido. 
Soy la aventura que llegó 
para ayudarte a continuar en tu camino. 
Soy ese beso que se da 
sin que se pueda comentar. 
Soy ese nombre que jamás 
fuera de aquí pronunciarás. 
Soy ese amor que negarás 
para salvar tu dignidad,   
soy lo prohibido. 

Soy el pecado que te dio 
nueva ilusión en el amor. 
Soy lo prohibido.
Soy la aventura que llegó 
para ayudarte a continuar en tu camino  
Soy ese beso que se da 
sin que se pueda comentar. 
Soy ese nombre que jamás, 
fuera de aquí, pronunciarás.
Soy ese amor que negarás 
para salvar tu dignidad. 
Soy  lo prohibido.


domingo, 8 de abril de 2012

SI TU ME OLVIDAS


Quiero que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.


                                                    Pablo  Neruda