Powered By Blogger

martes, 6 de septiembre de 2022

HISTORIA TRUNCA (Para usted)

 

 “Usted y yo vamos a vivir una historia de amor”, me dijo así, de la nada.

Yo me reí. Él, tan estructurado, tan formalito, me salió con esa propuesta que, sin ser una propuesta indecente, sonó a tentación irresistible.

Yo, que si de algo me jacto es de dominar la expresión escrita (de la oral prefiero no hablar para mantener las formas), quedé sin palabras.

Y fuimos tejiendo una historia. Sería presuntuosa llamarla “de amor”, pero digámosle de sentidos bailando al mismo ritmo y de una llama tan intensa cual efímera.

Pero una historia de amor, aún en el papel, hecha de letras y ensueños,  necesita  de dos para ser escrita. 

Tuvo un comienzo auspicioso, sí. De coqueteos a veces tiernos y de otros bordeando lo erótico. Tuvo ausencias que impedían que esa historia prosperara y también hubieron reencuentros prometedores en que ambos vibraron aún ante las palabras no dichas.

Intenté desplegar mis armas de seducción: muchas veces creí lograrlo, pero…quien lo sabe? Porque cuando creí que casi, casi lo había acariciado con mis palabras, aún más en aquellas entrelíneas que él parecía interpretar, se escapaba de manera abrupta.

Y fue así que, cansada ya de tantos puntos suspensivos, decidí ponerle un punto  final a la historia que quiso, pero no pudo ser.       




martes, 16 de agosto de 2022

FUE A DESTIEMPO


Fue a destiempo...

La conoció con cicatrices en el cuerpo y en el alma. Y él, que tenía tanta ternura en sus manos para darle, se encontró con una muralla que intentaba derrumbar, sin éxito, una y otra vez.

Tal vez de haberse encontrado antes, en tiempos donde la vida la besaba en los labios, otra hubiera sido la historia y correría presurosa a refugiarse en sus brazos para olvidarse del mundo..

Pero ese es otro cuento que no pudo ser escrito, porque fue a destiempo el encuentro...

 




lunes, 8 de agosto de 2022

DESAMPARO


Mientras duró fue hermoso, pero todo lo hermoso tiene su final, indefectiblemente.
En este cruce nuestros caminos se bifurcan. Cada uno tomará su rumbo, pretendiendo  que no quedan llagas.
Pero el dolor se hace carne, te lacera, te acorrala.
Ya no más charlas compartidas ni risas cómplices sin motivo. Ya no más las caricias con los ojos, las manos enlazadas sin contacto, sin tan siquiera un roce…
Nada será igual, pero pretenderemos que esta bruma que hoy nos cubre el alma se irá tras nuestros pasos por el camino del olvido y de nosotros ya no quedará ni nuestra sombra.
Miraremos a lo lejos con la esperanza de ver aparecer esa imagen que nunca más vendrá a nuestro encuentro…
Y seguiremos así con nuestras vidas, desandando nuestras huellas, tratando de olvidar que, alguna vez, la vida nos besó con ternura infinita…