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sábado, 7 de abril de 2012

POEMA LXI- PABLO NERUDA

Trajo el amor su cola de dolores,
su largo rayo estático de espinas
y cerramos los ojos porque nada,
porque ninguna herida nos separe.

No es culpa de tus ojos este llanto;
tus manos no clavaron esta espada;
no buscaron tus pies este camino;
llegó a tu corazón la miel sombría.

Cuando el amor como una inmensa ola
nos estrelló contra la piedra dura,
nos amasó con una sola harina,

cayó el dolor sobre otro dulce rostro
y así en la estación abierta
se consagró la primavera herida.

PABLO NERUDA (Cien sonetos de amor)


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