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lunes, 19 de diciembre de 2011

EL POSTIZO

Perfil sin foto, cosa que detestaba.
Truco Nº 3: “No tengo foto aquí, pero si en mi MSN, allí me podés ver por la Cam”. Con eso se aseguraba que la curiosidad te venciese y, matando dos pájaros de un tiro, te sacara tu MSN y de paso preguntaba,  casi sin querer, si a  vos también podía verte mientras chateaban.
Y en esos día en que lo más interesante que había que hacer era ver como crecía el pasto en el jardín, lo agregué y a ver que onda.
Educado…Punto a favor. Si pasaba la primera hora sin preguntar que me gusta en el sexo, otro punto sumado…Y la pasó.
Vida interesante, conversación fluida, daba para volver a hablar.
Una o dos conversaciones más tarde, se vino lo consabido: cuando nos podemos ver???. Y yo, retirada de estas lides de coqueteo por propia voluntad, dije que no iba mucho al centro.
Gambeteando el tema como el mejor jugador del seleccionado de fútbol, la fui llevando. Hablaba con alguien que ni sabía como era. Cero intercambio de fotos.
Un día en que la curiosidad mató al gato y a mí también, y aprovechando que vería a una amiga a 5 cuadras de su trabajo, convinimos en vernos una hora para charlar café mediante (cuando no, el tan mentado café!).
Obviamente a mí se me complicaba, porque ni idea de con quién me vería. Llego a la esquina convenida. Mirada escrutadora en cada hombre que pasaba por los alrededores. “Sería ese que estaba allí?? Mmm mejor de lo que pensaba eh?”, pero no, no era ese!!
 Lo llamo al celu, así  lo identifico cuando atienda. Y lo veo venir…Ay!!! Bue, ya estábamos en el baile. Hola, que tal?, Bien, vos?....Yo con mi mejor sonrisa, ni hablar!!
“Vamos a este café de aquí que es más barato”, me dijo sin la menor demostración de delicadeza…aunque a la luz de lo que pasó después ese era un  detallito apenas.
Pido un café, chico, no sea que le descalabre el presupuesto. Él pide una cerveza a la que el mozo acompaña con un plato de maníes. “Comé vos”, me dice, “porque yo no puedo”. Yo imaginando algún problema de índole hepática, dije para mis adentros que tampoco debería darle a la cerveza en ese caso. “Yo no puedo porque me puse los postizos” me larga de sopetón y, por suerte, yo no estaba tomando el café en ese instante, porque me hubiera atragantado, lo que es peor, hubiera dejado salir el café de mi boca, perdiendo mi compostura y mi gracia.
Todo el nivel que tenía en el chat, se había esfumado como por arte de magia. Ahorraré detalles sobre sus “buenos modales”, pero a mí se me estaban haciendo los 15 minutos más largos de mi vida. Por suerte, el cafecito económico cerraba a las 6 de la tarde y casi, casi, nos terminan barriendo hacia la calle. Excusa perfecta: que pena que no nos podemos quedar un poquito más!!. Y como yo fui de pasadita…Me voy que me deja el micro…
Está de más decir que nunca se repitió el encuentro? Y desde ese día me vino la úlcera que me impide aceptar más “cafeces”, por mi salud física, pero sobre todo por mi salud mental

1 comentario:

  1. jajaj tal cual las famosas citas a ciegas , las fotos que no son de los susodichos y una banda de versos para el primer cafe..una pena por tu "ulcera" amiga empeza con tu dieta jajaaaaaaaa

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