Si
algún día te olvido, no olvidaré nuestras noches compartidas, de palabras
mansas, de sonrisas cómplices, de mutuo deseo.
Si
algún día te olvido, recordaré tus ansias y las mías, esperando el encuentro,
contando las horas.
Recordaré
tus besos, besos tan intensos que el aire quemaban.
Recordaré
ese pequeño cuarto que creamos para nuestras citas furtivas, en silencio, casi
en sombras.
Si algún día te
olvido, recordaré tus manos recorriéndome entera con avidez desmedida.
Si algún
día te olvido, recordaré nuestros
cuerpos enlazados en una danza de pasión desbocada.
Si
algún día te olvido, te pensaré en silencio y ahogaré ese grito que tu pasión
provocaba en mí, como cuando tus palabras respondían a las mías.
Recordaré
tu boca, saboreando todos mis rincones, haciéndolos tuyos una y otra vez,
gozando de las mieles del cuerpo del otro. Del tuyo y el mío, deseosos de
llegar a la agonía del placer compartido.
Si algún día te olvido, tu pasión quedará
conmigo.
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