Powered By Blogger

domingo, 12 de junio de 2011

LOS DOS DOLORES DEL AMOR



Existen dos dolores de amor:
El primero es cuando la relación termina y uno, que sigue amando, tiene que acostumbrarse a la ausencia del otro, con la sensación de pérdida, de rechazo y con la falta de perspectiva, ya que aún estamos tan  envueltos en el dolor, que no conseguimos ver la luz al final del túnel.
El segundo dolor es cuando comenzamos a ver la luz al final del túnel.
Lo más doloroso es el dolor físico de la falta de besos y abrazos, el dolor de dejar de ser importante para el ser amado. Pero, cuando ese dolor pasa, comenzamos otro ritual de despedida: el dolor de abandonar el amor que sentíamos. El dolor de vaciar el corazón, de remover la nostalgia, de quedar libre, sin el sentimiento especial por aquella persona. También duele…
En verdad, quedamos pegados tanto al amor, como a la persona que lo generó. Muchas personas reclaman no poder desprenderse de alguien. Es que, sin darse cuenta, no se quieren desprender. Aquel amor, aún el no correspondido, se volvió un souvenir, un recuerdo de una época bonita que fue vivida… Pasó a ser un bien de valor inestimable, es una sensación a la cual la gente se apega. Es parte nuestra.
Queremos, lógicamente, volver a ser alegres y disponibles, pero para eso es preciso dejar ir algo que nos fue querido por mucho tiempo, que de cierta manera, se hizo entrañable en uno, y que sólo con mucho esfuerzo es posible liberar.
Es un dolor más suave, casi imperceptible.  Tal vez por eso, suele durar más que un dolor en el codo, propiamente dicho. Es un dolor que nos confunde. Parece ser aquel dolor primero, pero ya es otro. La persona que nos dejó ya no nos interesa más, pero interesa el amor que sentíamos por ella, aquel amor que nos justificaba como seres humanos, que nos colocaba dentro de las estadísticas: “Yo amo, luego existo”
Despedirse de un amor es despedirse de sí mismo. Es el cierre de una historia que terminó externamente sin nuestro consentimiento, pero que precisa también salir de dentro de uno…
Y sólo entonces podremos volver a amar de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario