Powered By Blogger

lunes, 26 de octubre de 2020

FUGAZMENTE


Aún antes de conocerla, de verdad, frente a frente, le gustaba su sonrisa. Esa sonrisa que le iluminaba la cara, llenándole de arruguitas los ojos, haciéndola aún más bella en toda su madurez.

Siempre quiso sentir esos labios en los suyos, saborearlos para ver si sus besos sabían como su sonrisa.

Y, cuando al fin la tuvo cerca, tal cual lo esperaba, lo cautivó, lo hipnotizó, lo encendió.

Conoció su boca en toda su intensidad. En la ternura de su sonrisa apenas esbozada. En el susurro de las palabras que llegaban a conmoverlo más allá de lo entendible. En la pasión del beso intenso, profundo, de esas noches compartidas hasta agotar todos los sentidos. Esa boca mezcla de dulzura y lujuria, explorándolo en toda su hombría, ansiosa de sentirlo suyo una y otra vez…

Y fue esa misma boca, la de la perenne sonrisa, la que le dijo adiós una mañana, cuando abrió los ojos y vió asomar el sol por su ventana.

 

 


 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario